Abordan situaciones desconocidas e inciertas con sensatez y determinación y su espíritu independiente les permite explorar nuevos roles, ideas y estrategias. Defienden aquello en lo que creen con elocuencia y valor.
Por: Rosiris Ortega – OPE – Baumhaus Español
Cuando te concentras en buscar en ti de una manera serena y tranquila lo que mejor sabes o puedes hacer, el resultado es tan importante que muchas veces se convierte en el motor de tu vida. Ser audaz te invita a participar, a lograr, a emprender con un objetivo definido algo que verdaderamente te haga feliz.
Ese logro es en suma el centro de todas aquellas cosas que te suceden, buenas o malas pero que te marcan o se graban en tu mente. Algunas ideas terminan en desaciertos de los cuales también se aprende, pero, es satisfactorio cuando esas ideas te hacen creer en ti y te mueven a crear mejores elementos de convivencia y satisfacción personal.
También la idea de mejorar alguna situación que te ha llevado tiempo y constancia te hace disponer de todas tus fortalezas para cumplirla positivamente.
Se trata de compromisos a corto y a largo plazo que te permitan obtener resultados positivos. Estos resultados te ayudarán a tener éxito.
Algunas veces ser audaz se toma con la idea errónea de hacer o actuar de manera intrépida, insegura o falsa. Lo que conlleva a equivocaciones en algunos casos lamentables. Sí, es importante asumir nuevos retos, explorar nuevas ideas, pero siempre actuando con sensatez, no por impulso o por seguir una moda o a alguien.
Pero, ¿quién es realmente una persona audaz? Aquella que tiene la capacidad para emprender nuevos retos sin miedo a las dificultades o riesgos que deriven de ellos.
Es decir, atrevernos a enfrentar situaciones completamente desconocidas que nos harán crecer, toda vez que no impliquen un daño físico, emocional o mental. Inclusive, mostramos valentía ante el miedo que algunas veces nos paraliza, pero somos decididos y seguimos nuestros sueños hasta alcanzarlos.
¿Qué hay que hacer para ser una persona audaz?
En definitiva, tener audacia implica tomar el control de nuestra vida, es la fuerza que nos hace atrevernos a reclamar el respeto que nos merecemos y a decir “no” cuando no estamos convencidos de hacer algo.